Los neuromoduladores y el ácido hialurónico son dos principios activos empleados para conseguir rejuvenecer el rostro y atenuar algunas arrugas. Sin embargo, el funcionamiento de ambas sustancias es dispar, así como los resultados, de modo que es necesaria una consulta previa para determinar si, en efecto, lo que necesitas es un neuromodulador o es AH.
Vamos a explicar para qué sirven los neuromoduladores y para qué se utilizan algunos de los tipos de AH más comunes, teniendo en cuenta que la elección final sobre dónde utilizar uno u otro dependerá del criterio del médico encargado de tu caso. Por supuesto, en esa consulta previa puedes plantear cualquier duda que no haya quedado resuelta con este artículo.
Neuromoduladores
Los neuromoduladores es el nombre del primer fármaco basado en la toxina de tipo A, una proteína producida por la bacteria llamada Clostridium botulinum.
Su acción antiarrugas se logra con la relajación parcial, selectiva y controlada de ciertos músculos implicados en la gesticulación (inhibición muscular inducida por neuromoduladores), pero requiere de pericia en su aplicación para no afectar a otros grupos musculares importantes, ya que se vería alterada la naturalidad en la expresión del paciente.
Las arrugas del tercio superior del rostro, en decir, las patas de gallo, el entrecejo y las líneas de la frente responden muy bien a la terapia con neuromoduladores. También se emplean para atenuar arrugas del cuello por inhibición de los músculos faciales implicados en su formación.
Hay que tener en cuenta que los neuromoduladores solo tienen efecto en la formación o evolución de arrugas dinámicas. Las arrugas dinámicas son aquellas que se forman cuando gesticulamos. Con el paso del tiempo estas arrugas que sólo aparecen cuando gesticulamos se pueden quedar marcadas aún en reposo formando surcos que aparecen tanto en dinámico, como en reposo. Para evitar que esto nos pase hay que echar mano de los neuromoduladores.
Los efectos de cada sesión suelen permanecer durante 4 o 6 meses.
Usos del ácido hialurónico
Es una macromolécula con muchas ramificaciones que, por sus propiedades químicas, es capaz de retener hasta 1000 veces su propio peso molecular en forma de agua, por lo que resulta un tratamiento ideal para pieles deshidratadas.
Existen macromoléculas de AH con distintos tamaños, pero, además, su estructura tridimensional determina propiedades físicas tan interesantes como la viscosidad.
El ácido hialurónico reticulado es el más viscoso y se puede emplear para aportar volúmenes controlados en el rostro, bien corrigiendo surcos de arrugas o bien buscando efectos más visibles en nariz, pómulos o labios, como alternativa a ciertas cirugías estéticas de remodelación facial.
Los ácidos hialurónicos más fluidos son perfectos para aportar humedad a pieles maduras o deshidratadas.
Tratamiento de patas de gallo
El uso de ácido hialurónico para patas de gallo se reserva para los casos de pieles muy secas o para pacientes que deseen rellenar surcos ya existentes, manteniendo los resultados durante unos meses.
Es compatible con el tratamiento de la misma zona con neuromoduladores, eso sí, aplicado en otra sesión.
En el caso de las patas de gallo, los neuromoduladores actúan previniendo el origen de estas arrugas (exceso de gesticulación), en pieles que no son muy maduras o no precisan de cuidados adicionales, mientras que las arrugas profundas ya presentes precisan de un tratamiento con ácido hialurónico reticulado.
Tratamiento de ojeras
El ácido hialurónico en ojeras es el único principio activo antiarrugas que podemos infiltrar, para no correr el riesgo de afectar al movimiento de los músculos periorbiculares y también porque las ojeras no se forman debido a una gesticulación continua.
Al emplear ácido hialurónico para las ojeras, el profesional encargado de tu caso distinguirá si necesitas uno o más tipos, dependiendo de si tu problema mejorase solo aumentando la hidratación y la circulación periférica de la zona o de si también hay que aportar volumen porque tienes esa área hundida.
Aumento o perfilado de labios
El ácido hialurónico en los labios hace maravillas, ya que sustituye a otros rellenos menos asimilables y ofrece resultados naturales.
¿Qué puede hacer el AH por tus labios? Puede embellecerlos, aportándoles volumen a los mismos o mejorando su hidratación.
Las arrugas que aparecen en las comisuras de los labios suelen tratarse con ácido hialurónico.
Posibles efectos secundarios de ambas sustancias
Los efectos adversos que pueden presentarse en algunos pacientes que se sometan a tratamientos con ácido hialurónico son los propios de las incisiones, dado que hablamos de una molécula presente de manera natural en nuestro organismo. Por tanto, puedes presentar cierta inflamación localizada en la zona el día de la sesión o al día siguiente y, si tienes mala suerte, incluso algún ligero hematoma, pero no hay riesgo de alergia.
Los neuromoduladores, en cambio, sí pueden causar alergias, como cualquier otra proteína ajena a nuestro organismo.
A los efectos adversos del principio activo del neuromoduladores hemos de sumarle los inherentes al uso de agujas para su aplicación.
Pese a que el ácido hialurónico y los neuromoduladores se emplean en tratamientos antiarrugas, su mecanismo de acción es muy diferente. Mejor tolerado, el ácido hialurónico puede tratar tanto arrugas dinámicas como las causadas por la exposición al sol, mientras que los neuromoduladores solo suavizan las primeras. Además, los posibles efectos adversos de ambos tratamientos son diferentes. Sin embargo, cada paciente y cada piel hace recomendable el uso de un principio activo u otro.