Los pómulos son una de las partes más femeninas en la cara de una mujer. Unos pómulos definidos y suaves, dan sensualidad a un rostro. Sin embargo, no solo tratamos el pómulo con este fin.
Cuando reposicionamos un pómulo vamos a mejorar indirectamente otras áreas anatómicas tales como la ojera o bolsa, así como el surco nasogeniano. Esto es así́ porque el pómulo ocupa el tercio medio de la cara, y lógicamente su tratamiento afectará a las estructuras adyacentes.
El envejecimiento es un proceso muy complejo en el que intervienen distintos componentes. Se produce una atrofia ósea, así como una degeneración muscular y ligamentosa, que contribuye al deslizamiento de los compartimentos grasos y de la piel. La primera zona que se ve afectada por estos cambios en el proceso de envejecimiento facial es la zona malar, es decir, la zona de los pómulos, apareciendo las temidas ojeras y los surcos nasogenianos pronunciados. Por este motivo, las reposición de los pómulos con ácido hialurónico es uno de lo tratamiento más demandados a partir de los 30 -35 años.
Habitualmente, se introduce un ácido hialurónico más denso y reticulado con el objetivo de revoluminizar la zona y proyectar el pómulo hacia delante. De esta manera, se va a recuperar el volumen de grasa que se ha perdido, se va a ganar tensión en la unión entre la piel del contorno de ojos y el pómulo, y vamos a mejorar el surco nasogeniano.
Es un tratamiento que se realiza en consulta. Son sesiones de unos 30 minutos de duración. Es indoloro y se realiza con aguja o microcánula. Una vez alcanzado el efecto deseado, la duración del tratamiento es de 12 -18 meses, ya que al depositarse el producto en profundidad la duración en mayor.
Precio: consultar en Clínica Iradia.
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