Seguro que has oído hablar del ácido hialurónico. De hecho, si buscas en algún producto de belleza y cosmética encontrarás que uno de los componentes es este compuesto.
Los rellenos con ácido hialurónico se han convertido en los últimos años en un tratamiento de estética muy demandado, y una muestra de ello es que en Clínica Iradia, referente de la medicina estética en Valencia, es una de las técnicas más solicitadas. Te contamos todo lo que debes saber sobre este compuesto, qué es y para qué se utiliza.
¿Qué es el ácido hialurónico?
El ácido hialurónico es una sustancia que nuestro cuerpo produce de manera natural y que se encuentra en huesos, cartílagos, articulaciones e, incluso, en las encías. No obstante, la piel es el mayor reservorio de este compuesto.
Su función en el organismo es mantener la dermis hidratada y producir un efecto regenerador gracias a su capacidad para acumular agua. A su vez, mejora la flacidez y la elasticidad de la piel, ya que interviene en la formación de colágeno y elastina.
En las articulaciones forma parte del líquido sinovial que envuelve a estas, y evita dolores entre huesos. Ejerce una función similar a la de la grasa en los engranajes y también actúa como agente amortiguador ante impactos de cierta intensidad. En los tendones y ligamentos también está presente, por lo que es un componente del sistema óseo que participa aportando mayor elasticidad a los huesos.
El ácido hialurónico se va degenerando a partir de la edad adulta, desde los 20 o 25 años. A los 40 años, las reservas de esta sustancia se han reducido hasta la mitad, y con 60 años, ya solo queda un 10 % del reservorio inicial. En esta pérdida no solo participa el paso del tiempo, sino que también existen condicionantes genéticos, ambientales, e incluso el estilo de vida que se adopte.
¿Para qué se utiliza?
El ácido hialurónico es el protagonista de muchas formulaciones cosméticas y de productos de belleza. Cabe destacar que con él se obtiene una mejor hidratación de la piel. También puede resultar útil en el tratamiento de enfermedades degenerativas de las articulaciones, como la artrosis.
En medicina estética, el ácido hialurónico se suele emplear como inyectable, es decir, se introduce el principio activo en las distintas capas de la piel mediante microinyecciones aportando hidratación, volúmenes y estimulando el colágeno que se ha ido perdiendo con el paso del tiempo.
Su eficacia es tal, que encontramos productos cosméticos con ácido hialurónico en forma de ampollas, geles para el contorno de ojos, cremas antienvejecimiento y sprays reparadores para la piel. Sin embargo, al aplicarse en este caso de forma tópica la eficacia no es la misma que si la inyectamos.
¿Qué tipos de ácido hialurónico se usan según las zonas del cuerpo?
Con toda esta información, existen dos tipos básicos de ácido hialurónico: el reticulado y el no reticulado. Se utilizan para fines distintos y solo el reticulado tiene capacidad voluminizadora. En cualquier caso, ambos son capaces de captar agua y, por tanto, de rehidratar el organismo.
Ácido hialurónico reticulado
Este es el propio de los rellenos. Se puede aplicar en distintas partes del cuerpo para dar volumen. Es de gran consistencia y muy rígido, lo que garantiza su durabilidad. Existen diferentes densidades en función de la proyección deseada y la zona a aplicar.
Las áreas faciales en las que se utiliza son:
- aumento o perfilado de labios,
- relleno de orejas para eliminar la hendidura bajo los ojos como consecuencia del envejecimiento,
- relleno de arrugas,
- aumento de pómulos y
- en otras zonas de la cara, como por ejemplo para definir la línea de la mandíbula.
Ácido hialurónico no reticulado
Este compuesto es menos denso, más ligero. No aporta volumen, de modo que su función principal es la de mejorar la hidratación de las capas profundas de la piel.
El ácido hialurónico no reticulado es el que forma parte de los productos cosméticos y de belleza. Otro lugar en el que está presente es en tratamientos de mesoterapia faciales y corporales, donde se acompaña de vitaminas y otros compuestos.
Este compuesto, independientemente que sea reticulado o no, puede ofrecer varias densidades, y en caso de que esta sea muy elevada, irá ganando en volumen y durabilidad. El parámetro de la densidad es importante para evaluar el coste de los tratamientos. A su vez, el precio también está ligado a la cantidad que el paciente precise, según el caso.
Los tratamientos con ácido hialurónico se realizan en consulta y no precisan de baja laboral, es más el paciente se reincorpora de manera inmediata a sus quehaceres cotidianos.
La infiltración con esta sustancia rejuvenece la piel, reduce la flacidez y actúa frente al problema de la pérdida de volumen. A su vez, es una sustancia esencial en numerosos productos cosméticos por su capacidad hidratante.